MUSEO FRANCISCANO DEL PADRE ALMEIDA – CONVENTO DE SAN DIEGO

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PRECIOS, HORARIOS, CONTACTO Y DIRECCIÓN:

Adulto 2,00 Lunes a Sábado: 10:00 a 13:00 – 14:00 a 17:00. Domingo: 10:00 a 14:00 2954026 Calicuchima y Farfán
Niño 1,00
Tercera edad 1,00
estudiantes 1,00

 

Para 1597, Quito contaba con 5 conventos grandes de religiosos, 3 monasterios de mujeres (La Concepción, Santa Catalina y Santa Clara) y 5 iglesias parroquiales, además de la Catedral y del Hospital de la Misericordia. A estos 15 edificios religiosos se agregaría uno más, la Recolección de Frailes descalzos de San Francisco o de San Diego.

San Diego conserva la solidez de sus muros y columnas de piedra del siglo XVII. Se conecta por medio de patios interiores con galerías conformadas por arcos en la planada baja y pórticos cerrados en las plantas altas, los corredores superiores se iluminan con teatinas y lucernario. El Convento de San Diego era la antigua Recoleta de la Orden Franciscana. Es la primera Recoleta del Ecuador, fundada el 29 de enero de 1597 por el Padre Bartolomé Rubio y, la segunda en Sudamérica; la primera está en el Perú, la de Nuestra Señora de los Ángeles de Lima, en el Rímac, (fundada en 1592).

Sus paredes guardan preciosos lienzos con alegorías de la pasión de Cristo, de la Asunción de la Virgen María y de la vida de castidad y pobreza de santos como San Francisco de Asís y San Diego de Alcalá, patrono del Convento. Tiene gran riqueza en lienzos, esculturas, textiles y platería. Las obras llevan el talento de la Escuela Quiteña de los siglos XVII y XVIII.

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Piezas que resultan de gran interés son el púlpito, un ejemplo de la ornamentación barroca del siglo XVIII; la imagen de la Virgen de Chiquinquirá; y el Crucifijo por sobre el cual el bohemio Padre Almeida salía a sus jaranas nocturnas.

La exigencia en la preparación espiritual de los religiosos obligaba que sus recintos, a los que se llamó recoletas, fueran construidos en «edenes» lo más alejados del mundanal ruido. Así, el Convento de San Diego, ubicado actualmente hacia el sur de Quito, se inscribe en esta línea. Inició su construcción a finales del siglo XVI. En 1689 fue nombrado «Obrero Mayor» de la construcción el famoso Padre Manuel de Almeida.

San Diego toma más fuerza mítica por la presencia de otro héroe del imaginario quiteño: Francisco Cantuña. Si bien él pinta como constructor del atrio de San Francisco, sus manos nunca estuvieron allí, sino en San Diego, donde hizo algunos trabajos pequeños de cerrajería por los que cobró siete pesos.

El Convento de San Diego, está abierto como museo desde el 8 de septiembre de 1980, obra que se llevó a cabo en la presidencia del Sr. Jaime Roldós; además con el apoyo del Sr. Oswaldo Hurtado, siguiente presidente de la República, de la Casa de la Cultura y el Banco Central del Ecuador. Su primer Director es el Padre John Castro. Se decide cambiar el nombre del Museo por el de Museo Franciscano “Del Padre Almeida”.

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La Iglesia en donde nos encontramos tiene su puerta principal de entrada hacia la plazoleta. En su arquitectura veremos que está conformada por una sola nave, pero esta a su vez está formada por tres tipos de arquitecturas; situando las bóvedas de medio punto, bóvedas de cañón corrido, realizado por dos pequeñas linternas ovaladas abiertas en la bóveda, sus bordes se hallan decorados con una ligera moldura tallada, y pintada de verde y oro, de la que se desprenden rayos también dorados.

El presbiterio se encuentra cubierto de un artesonado mudéjar magníficamente conservado. En el retablo del altar de San Antonio hallamos una estatua del Santo atribuida a Bernardo de Legarda. En el altar que se encuentra frente se hallan imágenes de la Santísima Virgen María con las advocaciones del Quinche, La Virgen de la Nube, la Virgen de Fátima, y el Divino Niño.

Observamos otro retablo dedicado al patrono de la Parroquia “San Diego de Alcalá” franciscano español, es una escultura original de madera con la técnica del estofado, que data del siglo XVIII, acompañada a sus lados de las imágenes de Santa Rosa de Lima, Santa Isabel Reina de Hungría, lienzos que datan del siglo XVII en la parte superior se encuentran dos corazones que representan el de Jesús y de María sobre estos una paloma que representa la presencia del Espíritu Santo. Otro de estos representa el Calvario que data del siglo XVII, destaca la hermosura de Cristo Crucificado, representando la apacible tranquilidad de la muerte, se le atribuye al escultor José Olmos, reflejando la mirada desesperada en el rostro de Magdalena, la rigidez en la estatua de San Juan su escultor Diego de Robles, y la hermosura ante la faz angustiosa de la Virgen de los Dolores.

El retablo del altar mayor data de 1950, están constituidos por las esculturas de La Virgen de la Caridad de Illescas, española del siglo XVIII en el cuerpo central del altar, a un lado y a otro del sagrario, entre las cuatro columnas que soportan el friso, están las estatuas de Santo Domingo y San Francisco que se atribuyen a Caspicara, en la actualidad lo que vemos del retablo es recompuesto ya que al parecer fue destruido por completo por los terremotos, pero sólo hace cuarenta años se arregló el nicho en que se halla la Trinidad, Del anterior ha quedado el nicho central de espejos en que hoy se coloca la imagen de Nuestra Señora de la Caridad de Illescas.

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Dentro de la iglesia hay también esculturas , como: la del Señor de la Justicia o Señor de la Caña de Diego de Robles perteneciente al siglo XVI, la de Santa Mariana de Jesús, el Sagrado Corazón de Jesús, A la Virgen de Piedra, es un escultura con más antigüedad que el convento ya que data de 1575, es probablemente una copia de la Virgen de las Mercedes, está hecha de una sola piedra y artísticamente es bastante primitiva y casi desproporcionada, en este lugar permaneció por algo más de 80 años.

El púlpito de San Diego sin duda representa la joya más preciada, su forma se asemeja a un cáliz, pero un cáliz muy bello por su forma y proporciones, se le asigna a Juan Bautista Menacho, de 1738, es el segundo mejor púlpito de Latinoamérica, está conformado por siete esculturas superpuestas, las cuales se le atribuyen a Caspicara. Constituye otro elemento interesante el Osario situado tras el altar mayor, la puerta tallada en piedra y aproximadamente su peso es al igual a una tonelada, la misma cuenta con un ingenioso sistema de giro la cual podemos abrir bajo una pequeña presión, en el osario reposan algunos esqueletos.

En la Sacristía la y podemos observar un Cristo crucificado, de tamaño natural, en actitud de muerto, con la corona de espinas y tres potencias de plata en la cabeza: magnífica escultura elaborada por el Padre Carlos. Se destacan tres fases al lado izquierdo agoniza, de frente podemos observar con los labios abiertos y sus dientes mientras que al lado derecho está muerto. Esta sala nos conduce a una pequeña capilla en homenaje a la Virgen de Illescas.

En San Diego, luego de haber empezado la reconstrucción en el año 1977 ha dado motivo de encontrar algunos secretos que se guardaban debajo de unas capas de cal. La pintura mural que se halla alrededor del patio de la Cruz fue encontrada por primera vez en 1973, donde Sor Sofía observó un tono verde oliva y con sus uñas empezó a raspar la cal, mirando que daba como resultado un delicado rostro, destacando así ciertas partes de la vida de Jesús.

El Patio de la Cruz es el patio del claustro principal en cuyo centro se levanta un humilladero de piedra, que se destaca entre higueras y rosales, sobre las paredes y ventanas de las celdas que le rodean. Lleva la fecha de concluida la misma: «Acabose, dice, a 6 de junio de 1626». Es pequeño, perfectamente cuadrado, rodeado de veinte arcos semicirculares de piedra que reposan sobre sus columnas y encima de los cuales se levantan las celdas y claustros del piso superior.


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En la Sala de Profundis lugar donde los padres meditaban antes de entrar al refectorio o comedor, en el Refectorio se admira una representación de la Última Cena del artista quiteño Miguel de Santiago, en la que el plato frente a Jesucristo contiene cuy y humitas, una preparación andina tradicional, otro cuadro muy importante es la Sagrada Familia atribuida a la hija de Miguel de Santiago y data a finales del siglo XVII.

El Coro, la sillería que se abre a los tres lados del coro, es de dos pozos y tiene 16 asientos en la parte baja y 25 en la alta lo que más nos extraño es que no tuviese relieve de ningún tipo. Los respaldos sin llanos, los brazos terminan en un pequeño caracol. En un lugar del relieve típico en casi todas las sillerías del mundo, en San Diego posiblemente por falta de recursos se pintó el respaldo por no dejarlo sin decoración alguna. Antes de subir al campanario podemos observar diferentes imágenes de los planos y restauraciones que ha sufrido la iglesia y convento subiendo por esas gradas llegaremos al Campanario el cual consta de 3 campanas y nos encontramos en el techo de la iglesia trabajado para 1978.

Se encuentran las celdas o habitaciones decoradas sus pasillos con pinturas, escritos y baúles forrados con cuero, la habitación que observamos este momento es una simulación de la del Padre Almeida en donde se enuentra la cama del Padre Almeida realizada con cuero de vaca en tiras, sus instrumentos de penitencia, su guitarra, sus albas (vestimenta) su hábito y sus casullas., la habitación que tenemos al frente se va a diferenciar solo en la cama ya que esta tendrá cuero de vaca pero en una sola tira.

La Sala Barroco donde se destaca la magnitud o la belleza de los marcos totalmente barrocos se destaca el cuadro del pintor de la Escuela Quiteña Miguel de Santiago, “EL CRISTO AGONIZANTE”. Que según la historia que Miguel de Santiago pintor de la Escuela Quiteña, quiso pintar a Cristo en Agonía. Un día hizo posar a uno de sus estudiantes y lo crucifico mientras el artista retrataba la escena, le pregunto al alumno si es que estaba sufriendo y él respondió que no. Miguel de Santiago cegado por la ira atravesó al alumno con una lanza para fingirle más dolor y continúo retratándolo. Cuando terminó el cuadro libero al joven pero este ya había muerto, dice la leyenda que este fue el último cuadro que pinto el artista por el trauma que le causó la muerte de su alumno.

Se encuentra el Retrato del Padre Almeida la tradición popular asegura que este lienzo es el retrato del Padre Almeida, Manuel Almeida, quien protagonizaría la conocida leyenda del Padre Almeida, fue uno de los personajes más celebres de San Diego en el siglo XVII natural de Quito, fue hijo de Don Tomás de Almeida y Doña Sebastina Capilla, Manuel nació en el año de 1646.

La Sala de Bosco lleva este nombre por el pintor holandés Jerónimo de Bosh a quien se le atribuye el cuadro “El paso de la vida a la eternidad» a pesar de la gran difusión de la obra grabada del Bosco y de Brueghel , parece que en Quito no tuvo mayor acogida, por esto es extraño encontrar en San Diego una obra que recuerda el estilo peculiar de estos artistas, también se encuentran dos cuadros de Miguel de Santiago que llevan de título “La Misa Gregoriana» , «La Sábana Santa» este último es muy importante ya que Caspicara toma como ejemplo para hacer la escultura de la Sábana Santa que se encuentra en la Iglesia de la Catedral.

Se encuentran también cárceles durante la época de revolución es por ello que se ve a dos granaderos en su entrada, hoy en día es llamada la Sala de la Virgen el cuadro más relevantes de esta sala lleva como título “La Sagrada Parentela» ya que en este cuadro podemos observar que los pintores del siglo XVII se basaron mas en personajes de nuestro territorio ya que vemos a San Joaquín, Santa Ana y la niña María mestizos ya que antiguamente se basan en grabados enviados de la Corona Española.

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